lunes, 30 de junio de 2014

lunes, 23 de junio de 2014

Aflorizaje

Una mosca disfrazada de avispa afloriza en los pétalos de una flor de Mesembryanthemum. Astuta, taimada, inteligente intenta engañar al personal. Pero esos ojazos, sus dos alas y el aspecto general de mosca la delatan. Atigrada, avispada pero mosca vil.

Regreso

Una furgoneta cargada de nostalgias y de ilusiones recorre caminos hacia levante. En el loro, a todo volumen, músicas de Calamaro, Coque Malla, Winehouse, Zenet, Clapton, Bunbury, la Oreja, 
y siempre Fito Cabrales y Serrat (es hermoso decir adiós, ¿qué más da aquí o allá?)

La aguja del reloj de su vida cierra un ciclo que ha durado años. Una hora estirada mucho más allá de los minutos reglamentarios, detenida a veces pero sin marcha atrás. Mientras canta piensa en ese largo periplo que comenzó en el 2 de la esfera imaginaria, un 2 con olor mediterráneo y música circular de manos unidas y brazos levantados. Piensa en el traslado a un 6 de ilusiones y proyectos, años felices de serranía con acento y sabor andaluces. Piensa en un 12 castellano, nuevo cambio de aires, de gente; su esencia es itinerante. Alegrías, penas, pasión, cicatrices, generosidad sin colores en torno a un patio que ya siempre tendrá su sabor. 

Ahora se acerca al 2 originario, algas, juegos con la marea y atardeceres rojos. No es una huida, no es una búsqueda, es una continuación de sus noestares, de sus esenciamientos, de nuevas ilusiones, de nuevas gentes; otra parada quizás intermitente antes de volar, cantando de nuevo, rumbo a quién sabe qué otra hora en la esfera imprevisible del reloj desajustado y rebelde que ella ha elegido.

(Foto: una mujer desciende una rambla buscando el abrazo de su mar)
(Vídeo YouTube: La Oreja de Van Gogh, el primer día del resto de mi vida)

lunes, 16 de junio de 2014

lunes, 9 de junio de 2014

La sombra

El Sol se lanza sobre la nube, la cabalga 
y mis yoes se confunden, 
se atropellan intentando huir. 
Huida vana; 
la sombra se apodera de ellos 
y los (nos) diluye en una tierra parda 
con acículas secas de pino. 
Intercaladas, las hormigas caminan indiferentes.

(Foto: cabeza de cumulonimbo y rayos solares) 


martes, 3 de junio de 2014

Y diez albaricoques

Al final me arrancó, me sajó, me edulcoró, me microondizó, me batidorizó, me entarrizó y me coció en agua hirviendo. Ahora, perdidas mi identidad y mi dignidad, yazgo preso del cristal sobre una balda oscura en casa de mi verdugo, mal rayo le parta, esperando ser liberado, untado sobre una tostada (las prefiero de semillas) y engullido por unos labios que deseo, casi exijo, sean femeninos. Y canto:

En fibras deshilachadas
acabó mi historial
que empezó en un bancal
y terminó en mermelada.

Foto: tarro de deliciosa mermelada de albaricoque ecológico que han confeccionado estos deditos que Él guarde muchos años. Tengo más (tarros y deditos)

domingo, 1 de junio de 2014

Siete albaricoques

Lo veía venir, esto se ha convertido en una manifestación.
Si lo sé no vengo ni te digo ná.