viernes, 13 de junio de 2008

Guardería

Larvas de hormiga debajo de una arqueta (Miraflores de la Sierra)

La masa



miércoles, 11 de junio de 2008

Sin red

Abejorro en madroño (Miraflores de la Sierra, Madrid)

Danieladas

Aquí recojo algunas cosas escritas por mi hijo Daniel cuando tenía ocho o nueve años. Son textos llenos de sensibilidad e ingenuidad, y los transcribo con las faltas de ortografía que contenían originalmente, que no hacen sino subrayar esa ingenuidad.

La gente

Erase una vez no hace mucho tiempo, un niño que era su primera vez que salía de su casa. Cuando vio tanta gente se asustó y empezó a llorar, su madre le dijo que no tenía por qué asustarse. El niño le preguntó ¿Que es? Es gente y hombres o personas.

La piña con patas

Erase una vez, yo, traje una piña para mi abuela. La escondimos en un cajon.

Al día siguiente fuimos a buscarla, ¡nos dimos un susto al ver que no estaba la piña! Enseguida fuimos a por otra. En el camino nos encontramos con la piña de antes ¡estaba andando! La primera piña con patas.

Un pintor muy famoso

Estando un niño en su casa
solo con pincel y papel,
ah, y también acuarelas
se puso a pintar barcos
pero le salieron muy mal
luego le salieron mejor.

Llegó a pintarlos tan bien
que ya tenía un cuadro.
Los dejaba en su casa,
llegó a venderlos en tiendas,
en una de esas tiendas,
de esas tiendas pequeñas,
y se hizo muy famoso,
muy famoso en España,
luego famoso en Europa
y ya en el mundo entero.

Con esto quiero decir que,
en una cosa mal hecha
tu vida entera está.

Un incendio destructor

En un planeta lejano,
había un monstruo malo,
tan malo era el monstruo,
era tan malo, tan malo,
que destrozó el planeta.
Lo destrozó con incendios
que no dieron resultados.

Por fin el monstruo decidió
un incendio fortísimo,
lo envió al planeta,
se hizo mucho más grande,
los hombres lo apagaron,
bueno, no del todo, claro,
la mitad de el incendio.

Quemó la mitad del planeta,
la otra mitad se marchó,
se marchó a uno feliz,
sin ningún monstruo de esos,
sin ningún incendio fuerte,
ni un incendio destructor.

Cuántos relojes

En casa del relojero
cuantos relojes había,
uno blanco, otro azul cantando todos a un son;
tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac.

El relojero, cansado de oir todos los tic, tac,
los fue rompiendo a pares
hasta tener solo uno.

Sus compañeros le dijeron:
-¡Qué haces con los relojes,
que ya no tienes ninguno?-

Los purritos

Mira en el cielo azul,
con muchas manchas, de nubes.
En las nubes, a lo mejor,
hay unos pequeños seres
que cantan muchas canciones,
juegan a juegos bonitos,
y se llaman los purritos.

Los purritos son alegres,
tan alegres, tan alegres,
que a veces de la risa
caen rodando a la Tierra.
En la Tierra les pisamos,
claro que, a los purritos,
les pisamos sin querer,
y mueren rápidamente.

Los purritos son azules,
y son muchos los que caen,
al caer, como son muchos,
hacen de gotas de agua,
los relámpagos son faros,
que se encienden y apagan,
las tracas hacen de truenos,
y todos os preguntaréis,
por qué se caen los purritos,
faros, tracas y purritos,
los purritos son alegres,
lo que os he dicho antes,
todo esto es la fiesta,
muchos purritos se caen,
se caen por esa fiesta,
aquella es la solución.

¿Quién inventó las casas?

Un señor llamado Bobi,
cogió arena y paja,
agua, un montón de tablas,
y piedras, y a trabajar.

Puso una piedra, barro, tabla,
la pared ya está hecha,
bueno, la parte de abajo,
y lo hizo con un hueco,
para puerta o ventana.

Hizo la primera casa,
se dedicó a hacer más,
él tenía muchísimas,
sus amigos cada vez más,
todo el país con casas,
por el primer albañil,
un albañil muy famoso,
por ser el primer albañil.

¡Un libro que habla!

En una estantería,
un libro de aventuras,
uno que no tiene nombre,
ese que tiene el niño,
parece que tiene boca,
boca y ojos, y nariz.

El libro un día habló.

Feliz estaba el niño,
tan feliz con su librito,
con ese libro que habla,
estaba entusiasmado,
entusiasmado de verdad,
no se da cuenta de que habla,
sigue leyendo su cuento,
el cuento sigue hablando
cuando el libro se cierra,
sigue hablando, el libro,
y el niño se da cuenta,
y él lo quiere devolver,
el libro sigue hablando,
y el niño esperando,
y el niño se da cuenta 7
que continúa leyendo,
que él le cuenta el cuento,
y le dice a su madre:
-¡eh! ¡es un libro que habla!-

La cueva de los animales

En un bosque muy lejano
existía una cueva,
una cueva misteriosa.
Por la noche se reunían
los animales del bosque,
se reunían en la cueva,
en la cueva misteriosa.

Un día un burro habló,
habló en la cueva, claro,
dijo que quería comer,
y comer la hierba buena,
no la del campo vecino,
la de los prados del bosque,
tan rica en proteínas.

El león, rey, le contestó:
- tú eres un burro vulgar,
tú eres salvaje por mí,
harás lo que te ordene
o aquí mismo morirás-

Y el pobre burro se fue,
se fue muy entristecido,
y a su casa no volvió.
Se fue al bosque vecino
a ver si encontraba un rey,
un rey tan bueno y feliz
que le dejase comer bien.

Vio un rey llamado Virus,
muy bueno y generoso,
era tan bueno ese rey
que quiso matar al otro,
al otro avaricioso.
Hizo un gran ejército,
un ejército de verdad.

Empezó la gran batalla,
muchas piedras por el aire,
muchos cuerpos en el suelo,
el rey malo fue vencido.
El rey bueno y el burro
curaron a los heridos.

El rey malo y el bueno
se hicieron muy amigos
y compartieron sus tierras,
esos dos reyes vecinos.

Lo que es la naturaleza

Lo que es la naturaleza,
ver a todos los pajaritos
yendo de aquí para allá,
con muchas ramas en el pico.
Llegan a un árbol y se van,
nidos, símbolo primaveral,
mira el nido en el árbol
y la madre, y los polluelos,
pájaros, ya es primavera.

Lo que es la naturaleza,
por el campo los animales
que, corriendo a todo correr
por prados, por montes y selvas,
van con sus crías en la boca
corriendo a las madrigueras
donde les espera el lobo,
el mono, el perro, el gato,
el conejo y un montón más.

Lo que es la naturaleza,
las aguas del río tan frescas,
el bosque verde, muy bonito,
y un prado, por él un río
lleno de vacas alrededor,
por el río nadan los peces
que los pescadores pescarán
¿Hay cataratas en el río?
Yo no lo sé, pero, por qué no.

Lo que es la naturaleza,
mira el campo, qué bonito,
tan verde es en primavera,
tan alegre es en verano,
amarillento en otoño,
y tan nevado en invierno,
todos los años pasa esto,
esta maravilla natural.

Cuatro estaciones al año.

La luna

Yo en la luna vi algo,
algo muy maravilloso,
algo que me excitaba,
algo en lo que pensaba,
es una cosa brillante,
brillaba hasta deslumbrar,
y me puse a trabajar,
quería ir a la luna.

Hice un traje espacial,
una bombona de aire,
me monté en el cohete
y a la luna me voy ya.

Cuando llegue a la luna,
vea la cosa brillante,
pensé yo entusiasmado,
pero de repente, no, no,
mis padres se asustarán
y yo me volví tan feliz,
justo cuando amaneció
llegué en mi cama a estar
justamente al despertar.

El reloj

Tic, tac, tic, tac
decía el reloj,
un reloj de plata,
una hora barata.

El reloj da la una
y el niño está en la cuna.
El padre trabaja,
la madre que baja
del piso de arriba
a hacer la comida.

El reloj da las dos.
Corre el niño veloz.
La comida está lista,
coge el niño una revista,
y come papilla de marca Revilla.

El reloj da las tres
a correr otra vez.
Hay gente en el metro
y más en el centro,
y el niño y su madre
van a comprar carne.

El reloj da las cuatro,
a aprender un rato.
Aprende a leer,
y él solo a comer.
Su madre le enseña,
y en que aprenda se empeña.

El reloj da las cinco,
y él pinta, yo pinto.
Pinta un patito
que es muy bonito.
También un velero
y en él pone un cero.

El reloj da las seis,
y a comer, como veis.
Después de comer
se pone a correr.
Hizo ejercicio y se quitó un vicio.

El reloj da las siete
y se lleva a Petete.
Cena algo más tarde,
y cena la carne.

El reloj da las ocho,
a dormir con Pinocho.
Pepito, a la cama,
ponte el pijama.

Ya está dormido
y un día más… ha vivido.

Mi padre

Mi padre es bajito, un hombre serio y alegre a la vez. Le gustan los deportes, sobre todo el tenis, es un gran jugador y tiene muchas copas.

Tiene mala memoria, pero muy buen sentido del humor. A él no le gusta fumar.

Los días que llueve, lleva puesta una gabardina de color beige y un paraguas azul. Cuando hace frío, un chaleco negro y rojo. Es ingeniero de Montes y le gusta mucho su trabajo.

Siempre que vamos a Mayrena quiere ir al monte, muchas veces voy con él, mis primos también se vienen con nosotros a recorrer los montes cercanos. Allí tenemos dos perros, Picia y Zoska. Él siempre silba para llamar a Picia, él la llama Rabota por su corto rabo.

Pinta muy bien, en nuestra casa tenemos varios cuadros suyos, todos de animales, sobre todo pájaros.

Y lee y relee las guías de aves, y se las lleva al campo para clasificar los pájaros que ve. Reconoce algunas aves en cuanto las ve.

En pocas palabras, mi padre es un hombre bueno, alegre y naturalista

(Fotos: textos escritos por mi hijo Daniel)

Que me lleve el viento

Semillas de compuesta (Canencia, Madrid)

He perdido el rumbo

Playa de San Pedro del Pinatar (Murcia)

domingo, 8 de junio de 2008

Original y copia

Aeropuerto de Commodoro Rivadavia (Argentina)

La última copa y me voy

Bombus sobre flor de madroño (Madrid)

domingo, 1 de junio de 2008

La curva maldita

… he vuelto a la curva maldita, una vez más, es fácil de tomar, desacelerar un poco, sólo un poco, y girar el volante a la izquierda un poco, sólo un poco, muy fácil, y tus manos no eran de piedra precisamente…

¿Qué te pasó? Demasiadas horas de viaje, cansancio, preocupaciones, tus dedos con su eterno cigarro buscando el cenicero a tentarujas sin encontrarlo y obligándote a desviar la mirada unos segundos, un cambio de emisora de radio… ¿Qué más da? Ya no tiene remedio.

Ibas en busca de tu cielo lleno de nubarrones, pero cielo al fin, y encontraste otro, despejado, en el que te imagino bailando el rock and roll con tu sonrisa inolvidable, tu vaso de gintonic en una mano, la otra tendida en un abrazo sin condiciones…

Vitalidad inagotable, cúmulo de defectos y de virtudes, tierra y nube, agua y fango, pocas personas he conocido más humanas que tú. Te echo de menos, jodío…



(Foto: el panel de mi C4)